Análisis y opinión
Marcelo Puella (Presidente del Frente Nacional de Agrupaciones Peronistas)
Queda claro que en la política argentina los experimentos nunca fueron buenos y siempre han destrozado la vida normal del ciudadano. Sin mencionar que dejaron históricamente secuelas económicas y sociales para el país, que para normalizarlas se tardan décadas.
Por esas razones estas modas dirán muy poco y se diluyen rápidamente ante los hechos concretos del día a día.
Algunos lo denominan como el fenómeno de Milei y yo lo veo como un invento descabellado de los medios. Ante la falta de creatividad en la televisión para hacer un reality show que de rating, se entretiene a “Un público muy particular” que consume y cree en pavadas que le intentan meter en la cabeza.
¿Ahora ese poder mediático que vende a Javier Milei permanentemente, se toma el trabajo de analizar sus incoherencias o solo les importa el número que les arroja el medidor de audiencia?
Ese personaje dice barbaridades sin filtro y creo que es necesario frenar estas locuras porque no son sanas, ni para la sociedad, ni para la vida institucional de un país. Sus declaraciones permanentes son dignas de repudio y deberían generar preocupación, pero podríamos repasar algunas de sus incoherencias.
Javier Milei defendió el «derecho» a «morirse de hambre». Está a favor de la “libre portación de armas” y respaldó la posibilidad de que cada ciudadano pueda armarse. También hablo de estar a favor de la venta de órganos, alegando que: “Es un mercado más”.
Expresa su voluntad de cerrar el ministerio de mujer. Porque “No tiene por qué sentir vergüenza de ser hombre y blanco”. En la misma línea propia de su patología anunció que si fuera presidente le dará otro formato al Ministerio de Educación de la Nación, e incluso lo cerraría.
En otro brote psicótico, propuso dolarizar la economía en Argentina, pero poco después dice que no lo dijo. Pero también es un lobista que promociona estafas como la de la empresa Coinx, ofreciendo un escape a la inflación con un interés del 8% mensual cosa que es imposible, en estos casos se es parte del negocio o muestra que como economista es un verdadero incompetente.
Así pudo también referirse a la situación carcelaria, manifestando que para él las cárceles deberían ser privadas y los presos tendrían que pagar su estadía. Livianito de coherencia y falta de nacionalismo dijo que privatizaría distintas empresas que hoy están en manos del Estado. Una de ellas sería Aerolíneas Argentinas, también indicó que el Correo y AySA correrían con la misma suerte y que Canal 7, Télam y Radio Nacional directamente tienen que «desaparecer».
Este economista de sociedad de fomento y por ahora diputado nacional por el partido La Libertad Avanza, había cometido una serie de plagios a otros autores en su libro Pandenomics, publicado por Editorial Galerna en septiembre de 2020. ¿Sobre esta estafa ética, nadie habla, Que raro? Las expresiones del diputado Milei no persiguen la libertad. Cerrar el Instituto contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, o el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades, es (re)establecer el supremacismo blanco, masculino y propietario. Lejos de la libertad, Milei pregona el autoritarismo de una única manera válida de ser. Todo cuadra en ese mismo esquema: con un Estado clausurado, y una sociedad cautiva, dominada por unos pocos hombres blancos, para su propio beneficio, donde las grandes mayorías quedarían por fuera.
Para finalizar a este hombre que habla de una casta política, pero es parte de ella y se sirve de la misma, hay que tomarlo en cuenta como un riesgo para sus seguidores que ven en el a un “Gran Líder”, pero yo lo veo mas cerca de convertirse en un futuro Jim Jones que puede recrear una nueva Tragedia de Guyana. Pero de a poco su liderazgo se va apagando, será porque la gente se está dando cuenta de lo que es, o porque la moda se termino antes de lo esperado. Sus actos juntan cada vez menos gente, los dirigentes mas cercanos a el se pelean y hasta ven en la hermana de Milei a López Rega. En breve Libertad Avanza aparece con un cartel de “Liquidación por cierre definitivo”.
